Cuando comenzó a tomar cuerpo la idea de crear un
blog, solamente pensé en aquellos que me animaban animosamente a animarme a que lo hiciera (el blog, no confundamos, a lo otro ya me animo yo solo). Después de esto, ánimos no me faltaron. Y creé este mi blog
Pienso, luego escribo, que también es el vuestro.
Entre unos y otras (si, ya sé, suena divertido) hicieron que me planteara seriamente dimitir (no, dimitir no es la palabra, que me salgo de tema) crear el blog, aunque si he de hacer honor a la verdad y ser fiel a mi principio de honestidad para con vosotros (y basta ya de topics, éstos sin el trending, que de eso ya se encarga nuestro cantante mas internacional) fue un bloguero el que me dio el empujón (anímico, quiero decir) definitivo e hizo me lanzara al vacío y sin paracaídas a esta aventura.
La idea, simple. Escribir como, cuando, sobre y para quien quisiera de cualquier tema para aquella o aquel que tuviera a bien leerlo.
La intención, mas simple aun. Buscar entretenimiento en el camino para encontrar a quien disfrutase mientras lo recorría.
¿Y quien fue el osado que osó empujarme definitivamente?.
Aquellos que me
leeis, ciudadanos de
Twitter y pobladores de
Facebook, algunos con residencia en ambos sitios (que los hay de posibles entre ellos),
probablemente no le conozcáis, es mas, me atrevería a decir que el nombre ni os suena. Personaje celoso de su vida privada, (no en vano nadie, absolutamente nadie, le conoce) esconde su identidad tras una careta y escribe en
20minutos.es. Os diré su nombre, aunque no es infundada la sospecha de que no es el real (aunque le guste el blanco,
futbolísticamente hablando), si no uno ficticio el que ofrece a todos sus acólitos. Podéis encontrarlo en
20minutos.es, zona blogs y se hace llamar
@elbecario. Ya os digo yo que hace unos post bastante monos.
A todo blog, siempre en función de sus lectores, le cuelgan (nunca mejor dicho en este mundo virtual que habitamos) en mayor o menor medida, unos esperados
comments, a cada cual mas variopinto: los hay sesudos, ingeniosos, los hay
tambien graciosos, inteligentes, serios, incluso enormes y acertados como el
tweet de Bisbal sobre las pirámides, sosos... y hasta
algunos que hablan sobre no sé que temas que nada tienen que ver con el post en cuestión.
Suelen ser todos de fieles lectores (o infieles, allá cada uno con su vida) que en masa, esperan su turno para participar con su opinión desinteresada (no digo que no pongan interés, me refiero a que no piden nada a cambio por ello).
Como hay un dicho que dice (redundante, ya lo sé) que es de mala educación no terminar todo el plato, uno se lee los post correspondientes y visiona los
comments que le siguen. Y entre ellos, existen unos muy concretos a los que, a juzgar por sus buenas formas y mejores palabras, parece no les gusta lo expuesto en estos. Educados, eso si, si que son. Aunque es una educación un tanto especial. Tanto como ellos mismos, aquellos que los escriben. Son las opiniones de los llamados y siempre esperados
trolls.
Es curioso el "modus operandis" de estos personajes. Al contrario que los demás, ellos ya tienen el comentario preparado antes de leer el post. Su linea argumental no suele variar mucho, cosa extraña, dado la inteligencia con la que suelen contar sus opiniones.
Si bien el mero hecho de adivinar de antemano (como va a ser si no) las aviesas intenciones de sus comentarios es notable, incluso antes de verlas, no por ello son menos leídas. Son, al fin y al cabo, la nota discordante y, ya se sabe... nada como hacer de una idea una protesta, para que te miren, aunque sea mal...
Otra obvia curiosidad (o curiosa obviedad, creo que aquí puede hacerse uso de ambas expresiones) es la predisposición que tienen estos seres para leer todo aquello que critican. De hecho son los mas fieles seguidores de los blogs que siguen. Lastima no les guste lo que leen. Dudo mucho que sepan deducir la diferencia existente entre leer por diversión y leer por aversión. Pueden ser términos parecidos en la forma, pero ya os aseguro que son totalmente distintos en su significado. Sobre todo por lo que significa para unos y otros leer por una razón u otra.
Es de agradecer el papel de los trolls en todo buen blog que se precie. Un blog digno de trollear (¿se dirá así?) suele ser un blog seguido. Seguido por trolls también, si. Lejos de molestar, he de reconocer que conozco a mas de un bloguero que se jacta de ello.
Aun así, es notorio el hecho de que un blog puede vivir sin ellos sin ningún tipo de problema, algo esto último complicado, cuando menos, en el caso contrario.
Os invito a que leáis a
@elbecario (si, el de los
posts monos). Él también tiene a sus
trolls valorando a su manera los escritos que produce (y digo produce porque es lo mas parecido a
George Lucas escribiendo que he encontrado). Y ya de paso, que sigáis a
Trolly, su
troll particular. Es un
encantroll, menos cuando opina.
Fotografía tomada de El Blog de El Becario.
Dicen que no hay nada peor para un troll que el hecho de ignorarlo. Sinceramente, comienza a preocuparme la razón por la cual le he dedicado un post entero al tema.
Siguiendo el dicho aquel de "que hablen de uno, aunque sea mal, pero que hablen", invito a los trolls a que se acomoden en la linea de comments de mi blog. Eso si, espero que sean más sinceros para con lo que dicen, que lo que muestran hasta ahora donde los vi. No sé, puede que este tipo de argucias sean de mal ezcritor.
Lo que hace uno con tal de que lo lean.
Un buen bloguero es aquel que escribe única y exclusivamente para ti.