Pienso, luego escribo...

Todavía sigo pensando de qué va este blog.

viernes, 9 de julio de 2010

España, cita con la historia.



Quienes me conocen y hablan conmigo saben que desde que España comenzó su andadura en este (esperemos que nuestro) Mundial siempre pensé que no jugábamos un campeonato del mundo mas, sino que nos habíamos plantado en él, no sólo para disputarlo y disfrutarlo, sino para cambiar la historia.

Nuestra historia.

En el planeta fútbol existen muchos tópicos, muchas frases hechas, aplicables todos y todas siempre en función de la conveniencia de quien las usa, pero ciertas (si, ciertas) desde el mismo momento en el que hacen acto de presencia.
Luis Aragonés, el sabio de Hortaleza, (sabio de España desde la final de la Eurocopa), utilizó una, manida como todas, para hacerles ver a los nuestros que la experiencia de la que iban a formar parte cuando saltasen al Estadio Ernst Happel de Viena, (jamas podré olvidar ese nombre), dependía solamente de sus ganas y de sus convicciones para entrar de una vez por todas en esa historia que aun hoy seguimos escribiendo, diciéndoles: "Señores, las finales no se juegan, las finales se ganan. Decidan ustedes lo que quieren hacer".

De igual manera, todos los partidos, no digamos ya las finales y los propios campeonatos, se deciden por pequeños detalles que si bien cuando salen a relucir no son tenidos en cuenta como determinantes, si que asoman en la memoria cuando forman parte activa de la finalización de un trabajo de una manera definitiva.

Y nuestra selección comenzó el Mundial prácticamente como si de una final se tratase, con pequeños detalles. El primero de ellos, la derrota inesperada ante Suiza. Si bien la España seguidora (de la que soy parte integrante como todo españolito), no tardó en echarse las manos a la cabeza y los fantasmas y miedos del pasado comenzaron a hacer estragos en el optimismo instaurado a golpe de buen juego, para la España futbolística (la de nuestra selección) sirvió, no sólo para frenar la euforia con la que se llegó a Sudáfrica, sino para advertir que no iba a ser precisamente fácil cambiar algo con lo que generaciones anteriores ya habían sucumbido una y otra vez. Fue, efectivamente el primer pequeño detalle.

El hecho de que tras dos nuevos partidos (ante Honduras y Chile), no especialmente brillantes, aunque eso si, conservando el gusto por el toque de balón como seña de identidad inconfundible de los nuestros, se consiguiera el primer puesto del grupo, fue el segundo pequeño detalle de los que vamos poco a poco enumerando.

Pero creo que definitivamente, cuando se comenzó a creer realmente que había algo que nos llevaría a donde estamos ahora mismo, fue en el partido ante Paraguay. El penalty parado por Casillas (si antes nombrábamos a un sabio, aquí tenemos a un santo), el posterior a favor de los nuestros tan sólo medio minuto despues, con repetición y fallo por parte de Xabi Alonso y el gol de David Villa, el cual, para qué engañarnos, en otro campeonato no hubiera entrado, eran demasiadas casualidades como para no creer que teníamos el santo de cara (y ahora no me refiero a Casillas).


El hecho tambien de que el acceso a la final, (a nuestra historia), lo lográsemos ante Alemania, aquella ante la que conseguimos la Eurocopa, cierra la cuadratura del círculo (nueva frase hecha y van...), gol de furia incluido de un enorme Carles Puyol.

Mundial 2010: El camino de España hasta la final

Nuestra selección ha tenido que luchar contra un inicio dubitativo lleno de pesimismo que todos los que ahora vibramos con lo conseguido nos encargamos de alimentar.
Ha tenido que luchar contra una forma física que, hasta ahora, si ha dado que hablar ha sido por su ausencia mas que por su fortaleza (si, las lesiones les llegaron a todos casi al final de la temporada y la recuperación la han tenido que hacer mientras buscábamos un sueño).
Ha tenido que luchar contra su propio pasado, contra sus miedos (si, ya sé que me repito, pero es que uno es muy miedica, que le vamos a hacer), y contra su propio juego, aquel que maravilló al mundo en Innsbruck y que tan difícilmente podremos repetir en su máxima expresión (otra frase manida, ésta no tan futbolística).

Pero finalmente nos han puesto donde jamas estuvimos. En la final de un Mundial.

Tengo 34 años y he visto marcharse a toda una generación sin vivir esto. Gente que influyó, en mi y en muchos de vosotros para que sintieramos el fútbol como una manera de expresarnos, de liberarnos, de olvidar problemas, de sentir unión, compañerismo, de compartir sentimientos de alegría y de tristeza, de relacionarse con los demás, de respetar... en definitiva, toda una forma de vivir. Un trocito de este Mundial, pase lo que pase, es tambien suyo. Por derecho.
Los que hemos (y tambien me incluyo aquí) pasado nuestra vida jugando a ese fútbol que no se ve en las televisiones, vivido tantos madrugones para poder salir tras un balón a las ocho de la mañana de cualquier frio invierno o a las cuatro de la tarde de cualquier verano abrasador, soportado lesiones innecesarias, visto como nuestros padres han dejado todo para que pudieramos hacer lo que siempre nos gustó, ahora, justamente ahora, entendemos todo.

El fútbol no entiende de condiciones, ni de razas, ni de creencias. Sólo entiende de fútbol y por eso le respetamos.
Ha llegado el momento. Nuestro momento. La historia nos ha dejado un hueco y no podemos desaprovecharlo. No vamos a desaprovecharlo.

Por la furia española de los Camacho, Rincón y Santillana, por aquel gol anulado a Michel ante Brasil, por el fallo de Zubizarreta ante Nigeria, por el de Julito Salinas ante Italia, por las lagrimas de Eloy Olalla tras fallar aquel penalty, por el gol de Platini a Arconada, por el 12-1 a Malta, por Miguel Muñoz, por el codazo de Tassotti a Luis Enrique, por lo de Corea, por tantas y tantas desilusiones, tantas noches sin cenar, por esos nudos en la garganta, por esa rabia contenida, por tantos dias de fútbol buscando lo que parecía un imposible.

Esto no se nos puede escapar. No se nos va a escapar. Porque tenemos una cita con la historia. Con nuestra historia.


He querido escribir esto antes de que jugáramos la final. Escribirlo tras ganar el Mundial sería muy ventajista. Hacerlo tras perderlo, demasiado duro. Independientemente de lo que hicieramos, probablemente no hubiera podido hacerlo. Para bien o para mal, seguro estaré llorando (os dije que era sentimental, ah no, dije miedica, bueno pues sentimental tambien).

La grandeza de este deporte hace que no sepa si ganareis el domingo ante Holanda. Hace que no sepa si podreis escribir con letras de oro nuestra propia historia o no. Pero hay una cosa de la que si estoy seguro. De que podeis hacerlo. De que lo vais a intentar con todas vuestras fuerzas.
De que vais a dejaros todo por un pais que os sigue sin condiciones. Y de que hareis que nos sintamos orgullosos de nuestra selección. De La Roja. Orgullosos de España.


Vamos chavales. Juntos ganaremos el Mundial. Juntos cambiaremos la historia.


¡Podemos!.


La posibilidad de realizar un sueño es lo que hace que la vida sea interesante.
Paulo Coelho.




2 comentarios:

  1. VIVA ESPAÑA COÑO, COMO DIRIA CAMACHO. MUY BIEN REDACTADO Y SENTIDO CHEKITA. LO IMPORTANTE ES EL SENTIMIENTO HACIA TU PATRIA ( EN ESE SENTIDO ME DAN ENVIDIA LOS AMERICANOS, SIEMPRE MOSTRANDO SUS BANDERAS E HIMNO ) OJALA QUE ESTE PARTIDO SIRVA PARA QUE ESE SENTIMIENTO LO TENGAMOS Y LO EXPRESEMOS CADA VEZ QUE JUEGUEN LOS NUESTROS, INDEPENDIENTEMENTE SI GANAMOS O PERDEMOS. PERO SEGURO QUE ESTO ULTIMO NO PASARA. AUN ASI, ME REITERO, HAY QUE ESTAR AHI EN LA CALLE APOYANDOLOS, VIVA ESPAÑA.

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  2. Independientemente de lo que haga nuestra (si, nuestra) selección en la final del Mundial, lo importante ¿sabes que es?, que todos y digo todos tenemos el mismo sentimiento. Hoy solo hay un color, hoy solo hay una idea, hoy solo pensamos en una cosa, en la misma... y nos hemos demostrado que un deporte, algo que no influye para nada en lo que nos pasa en nuestras vidas, si que lo hace en nosotros mismos, nos evade de problemas, nos saca de nuestra rutina, nos emociona, deja que nuestro sentimiento aflore por todos los sitios, nos une... por eso amo al fútbol, porque hoy España entera es roja. Hoy mas que nunca.

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